abril 24, 2018 admin 0Comment

La línea, ligera como la tinta, fluye invertebrada y serpenteante a través del espacio inmacualdo.  Se expande libre, implacable, sencilla, discreta, vibrante, impertinente, sumando y restando, bajo la dirección de mis dedos, pero siempre a su antojo … sin quebrantos.

La mancha, densa como la tinta, que invade sin verguenza el espacio, con grandeza y dignidad, sabiendo de su dominancia, se posa sobre la nada y es cuando se convierte en elegante mariposa para revolotear por alguna de las paredes de tu casa.

 


 

 

 

 

 

 


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